Dietas – Adelgazar – Así se quita el ansia por comer

Te has preguntado por qué te sientes mal cuando comes mucho y, sin embargo, vuelves a caer en la tentación

 

No son pocas las series de televisión que muestran desde a un grupo de adolescentes a mujeres ya maduritas intentando resolver algún problema sentadas frente a una gran tarta de chocolate o un suculento helado. Esta escena en cuestión da a entender que ingiriendo estos dulces se logra alejar la amargura del tema que tanto preocupa o, al menos, si no se soluciona, la comida aporta ese momento placentero que compensa la angustia del problema.

Cuando esta fórmula —intentar apaciguar un contratiempo con la comida— se repite en el tiempo, es cuando aparece el verdadero problema. La persona come, y cada vez de manera más compulsiva, no porque tenga hambre, sino por aliviar sus emociones. Tras ello, entra un sentimiento de culpabilidad y vergüenza por sentir que no se es capaz de controlarse y, sobre todo, porque lo que se ingiere no suelen ser alimentos bajos en calorías, más bien todo lo contrario: chocolate, bollos, natillas, helados, chuches… La báscula y el espejo se convierten en sus peores enemigos porque no esconden los excesos cometidos.

Este comportamiento afecta no solo al estado físico o psicológico de la persona, también a sus relaciones sociales (querrá salir menos), a su familia (mal humor, apatía, tristeza), su trabajo (falta de concentración…).

Más mujeres que hombres

Según los especialistas en el tratamiento de la ansiedad por comer, este mal afecta más a mujeres que a hombres. Las mujeres sienten cada vez más presión por ser perfectas y mucho más cuando son madres de familia y deben ocuparse de su trabajo, la casa, los niños, el resto de la familia… tareas nada fáciles de compatibilizar. «El día tiene 24 horas y hay que aprender que muchas tareas de las que realizan no son totalmente imprescindibles, y menos para la supervivencia de uno mismo y de los demás. Hay que saber ser realistas y planificar hasta dónde podemos llegar», apunta Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS).

Source: www.abc.es

Aunque en menor medida, en los hombre también se produce este deseo de asalto a la nevera, sobre todo después de una jornada estresante de trabajo o de problemas familiares, aunque las causas pueden ser muy diversas.

El estrés excesivo cambia el comportamiento hacia acciones menos saludables porque al tener menos tiempo no descansamos, no realizamos ejercicio físico, ni siquiera se encuentra un rato para ir al médico cuando nos sentimos mal, lo que lleva a desarrollar adicciones al tabaco, al alcohol, al juego o a la comida, entre otras posibilidades.

«La comida se convierte en un ansiolótico —apunta Cristina Wood, psicóloga especialista en ansiedad y estrés del Centro de Tratamiento de la Ansiedad y el Estrés, CETAES—. El problema es que cuando el tema les desborda y engordan y se percatan aún más de su problema, estas personas acuden al médico de cabecera quien les manda al endocrino, pero no se trabaja sobre sus emociones y pensamientos. Acudir a la comida para sentirse mejor es un comportamiento aprendido y, del mismo modo, se puede desaprender».

¿Se puede evitar comer de forma complusiva?

«Sí, —asegura con rotundidad el presidente de SEAS—. Es un problema que se puede solucionar. No es un proceso difícil. Eso sí, requiere el compromiso de acudir a un especialista en Psicología, seguir sus indicaciones y realizar las tareas que mande para hacer en casa. El papel activo de la persona que come por ansiedad es la clave».

Según Cristina Wood, para ayudar a estas personas, los especialistas siguen una serie de pautas:

—En primer lugar, deben identificar las emociones y lograr que los pacientes expresen lo que uno siente para conocer su punto de partida.

—Después hay que comprender esas emociones (saber porqué uno está triste, nervioso, agobiado…). De esta forma, se puede proceder con mayor facilidad a saber gestionarlas y actuar sobre ellas. «Existen técnicas cognitivo-conductual que comienzan por ofrecer al paciente educación —añade el presidente de SEAS—. El paciente debe tener en todo momento un papel activo. No basta con tomar pastillas porque las pastillas no ayudan por sí solas a cambiar los hábitos de conducta y, al dejarlas, el problema podrá volver. Lo importante es atajar el problema desde su inicio y analizar las causas que llevan a una persona a actuar así».

—Para ello, el especialista le ofrece las herramientas que debe manejar para reparar la situación y normalizar su vida. Es la fase de resolución de problemas, autocontrol, manejar la insatisfacción corporal, manejar la vergüenza.

«No hay que olvidar —explica Cristina Wood— que las personas que sufren por la comida, se enfrentan, al menos, tres veces cada día a su problema: cuando se sientan a una mesa en el desayuno, comida y cena. Su martirio puede ser constante. Lo importante es que sus metas sean las de aproximación al problema y saber cómo evitarlo. De esta forma sentirán alivio, ganarán confianza, cambiarán la forma de verse, darán a su cuerpo lo que necesita, comenzarán a adelgazar y a quererse a ellos mismos. Su alegría y satisfacción crecerán».

Esta psicóloga de Cetaes apunta que cada paciente tiene su punto de partida, pero «en tres meses, una hora a la semana, de trabajo conjunto una persona puede sentirse infinitamente mejor».

Decálogo de recomendaciones

1. En la obesidad intervienen factores genéticos, metabólicos, psicológicos y sociales. No es solo una cuestión de voluntad. No te juzgues por ello, toma conciencia de tu problema y afróntalo.

2. Sigue el plan nutricional recomendado por tu médico. Las dietas restrictivas continuadas tienen efecto rebote. Plantéate objetivos exigentes en poco tiempo no es eficaz.

3. Muévete. Realiza algún ejercicio físico que te agrade con regularidad y lleva una vida diaria activa.

4. Puedes aprender a regular el estrés y tus emociones, ya sean positivas o negativas. Consigue diferenciarlas de la comida. Algunas emociones como la ansiedad, la tristeza o laira, si son intensas pueden llevarte a una sobreingesta descontrolada en poco tiempo (atracones) o a comer constantemente.

5. Estar centrado o preocuparse demasiado por la comida y por tu silutea genera conflictos con tu imagen corporal y falta de confianza. Ocúpate en vez de preocuparte. genera nuevos hábitos saludables de alimentación, que puedas mantenersiempre, en lugar de seguir dietas para adelgazar que solo puedas mantener durante algún tiempo.

6. Intentar repetidamente disminuir el peso sin éxito puede hacerte pensar que no lo conseguirá y podría afectarte y sentir que no tienes control en otros ámbitos de la vida.

7. Aprende a gestionar tus objetivos. es fundamental cambiar la dieta y aprender a consolidar los cambios conseguidos. haz un seguimiento con los expertos en el tema.

8. Acepta que tu problema tiene solución, sé sincero contigo mismo en lugar de engañarte. Si resuelves tus problemas emocionales y aprendes a tener fuerza de voluntad lo conseguirás.

9. El apoyo de tu familia y amigos es importante, expresa y comparte tus dificultades y pídeles ayuda.

10. El médico, el psicólogo y el especialista en nutrición son los profesionales fundamentales para el tratamiento de la ansiedad.

Los niños obesos producen de manera natural niveles más altos de cortisol, una hormona clave en el estrés, que los de peso normal

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El cuerpo produce la hormona cortisol cuando una persona experimenta estrés. Cuando una persona se enfrenta a momentos estrés de manera frecuente, el cortisol y otras hormonas del estrés se acumulan en la sangre y, con el tiempo, pueden causar serios problemas de salud.

 

Un estudio aceptado para su publicación en el ‘Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism’, ha demostrado que los niños obesos tienen niveles de cortisol elevados crónicamente, y ha medido la presencia de esa hormona en el pelo del cuero cabelludo, que refleja la exposición a largo plazo y puede ser un biomarcador del estrés.

 

” Nos sorprendimos al encontrar a los niños obesos  de tan sólo 8 años de edad , con niveles elevados de cortisol” dijo uno de los autores del estudio, Erica van den Akker, del Hospital Erasmus MC- Sophia Children en Rotterdam, Países Bajos . “Mediante el análisis del cabello del cuero cabelludo de los niños, hemos sido capaces de confirmar  los niveles elevados de cortisol persistido en el tiempo”.

 

El estudio observacional caso-control analizó muestras de cabello de 20 niños obesos y 20 niños de peso normal para medir los niveles de cortisol a largo plazo. Cada grupo incluyó a 15 niñas y 5 niños con edades comprendidas entre 8 y 12 años.

Antonio Cano-Vindel‘s insight:

Los niños con obesidad tenían una concentración media de cortisol de 25 pg / mg en el pelo del cuero cabelludo, en comparación con una concentración media de 17 pg / mg en el grupo de peso normal. Las concentraciones de la hormona que se encuentra en el cabello reflejan la exposición de cortisol en el transcurso de aproximadamente un mes .

 

” Debido a que este estudio adoptó un enfoque observacional , se necesita más investigación para determinar la causa de este fenómeno “, dijo van den Akker . ” No sabemos si los niños obesos en realidad experimentan más estrés psicológico o si sus cuerpos manejan las hormonas del estrés de manera diferente. Responder a estas preguntas clave mejorará nuestra comprensión de la obesidad infantil y puede cambiar la forma en que se trate”.

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Riesgo coronario atribuible a los factores de riesgo cardiovascular en población española | Revista Española de Cardiología

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Introducción y objetivos. La carga de enfermedad coronaria atribuible a los factores de riesgo cardiovascular en España ha sido extrapolada tradicionalmente de otras poblaciones. Este estudio pretende estimar el riesgo coronario atribuible al tabaquismo, la hipercolesterolemia, la hipertensión, la diabetes y el sobrepeso, utilizando datos procedentes de poblaciones Españolas. 

Métodos. Las prevalencias de los factores de riesgo en la población general se obtuvieron de un metaanálisis de 48 estudios transversales realizados en España, y las prevalencias en enfermos coronarios se tomaron de los registros hospitalarios multicéntricos PRIAMHO II y PREVESE II. Los riesgos relativos brutos y ajustados de enfermedad coronaria se obtuvieron del seguimiento durante 5 años de una cohorte de atención primaria de 6.124 personas adultas libres de enfermedad cardiovascular. Las fracciones atribuibles brutas y ajustadas se calcularon para ambos sexos y para varones y mujeres por separado.

Resultados. 

En los varones,

– el 42,5% (intervalo de confianza [IC] del 95%, 6,8%-59,6%) de la incidencia ajustada de enfermedad coronaria se atribuyó al sobrepeso;

– el 33,9% (IC del 95%, 22,6%-41%), al tabaquismo,

– el 19,4% (IC del 95%, 8,2%-26,5%), a la hipercolesterolemia, y

– el 15,5% (IC del 95%, 1,6%-24,6%), a la hipertensión.

En las mujeres,

– el 36,5% (IC del 95%, ­8%-56,3%) de los casos de cardiopatía isquémica se atribuyeron al sobrepeso,

– el 24,8% (IC del 95%, 12%-31,9%), a la diabetes y

– el 20,1% (IC del 95%, 6,1%-28,6%), a la hipercolesterolemia

Antonio Cano-Vindel‘s insight:

 Conclusiones. El sobrepeso y el tabaquismo en varones son los factores de riesgo cardiovascular a los que cabe atribuir un mayor impacto poblacional en la enfermedad coronaria.

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Sobrepeso, obesidad y depresión: revisión sistemática y meta-análisis de estudios longitudinales. JAMA

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Objetivo   Realizar una revisión sistemática y meta-análisis sobre la relación longitudinal entre la depresión, el sobrepeso y la obesidad e identificar posibles factores de influencia.

Fuentes de Datos   Los estudios se encuentran en PubMed, PsycINFO y EMBASE y seleccionados en varios criterios.

Estudio de selección   Los estudios que examinan longitudinalmente la relación bidireccional entre la depresión y el sobrepeso (índice de masa corporal 25 a 29,99) o la obesidad (índice de masa corporal ≥ 30) fueron seleccionados.

Extracción de datos   no ajustados y ajustados odds ratios (OR) se extrajeron o proporcionados por los autores.

Síntesis de los datos   En general, se calcularon OR ajustados y los análisis de subgrupos se realizaron para los 15 estudios incluidos (N = 58 745) para estimar el efecto de posibles moderadores (sexo, edad, gravedad de la depresión). La obesidad al inicio del estudio aumentó el riesgo de aparición de la depresión durante el seguimiento (OR no ajustada, 1,55; intervalo de confianza del 95% [IC]: 1,22 a 1,98; P  <0,001). Esta asociación fue más pronunciada entre los estadounidenses que entre los europeos ( P  = 0,05) y para el trastorno depresivo mayor que para los síntomas depresivos ( P  = 0,05). El sobrepeso aumenta el riesgo de aparición de la depresión durante el seguimiento (OR no ajustada, 1,27, IC 95%, 1,07-1,51; p  <0,01). Esta asociación fue estadísticamente significativa entre los adultos (20-59 años y ≥ 60 años), pero no entre las personas más jóvenes (<20 años). Depresión basal (síntomas y el trastorno) no fue predictivo de sobrepeso en el tiempo. Sin embargo, la depresión aumenta las probabilidades de desarrollar obesidad (OR: 1,58, IC 95%, 1,33-1,87; p  <0,001). Los análisis de subgrupos no reveló moderadores específicos de la asociación.

Antonio Cano-Vindel‘s insight:

Conclusiones   Este meta-análisis confirma una relación recíproca entre la depresión y la obesidad. Se encontró que la obesidad aumentó el riesgo de depresión, más pronunciada entre los estadounidenses y para la depresión clínicamente diagnosticada. Además, la depresión se encontró que era predictivo de desarrollar obesidad.

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Un 20,6% de los universitarios tiene sobrepeso u obesidad

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Un 20,6 por ciento de los universitarios presentan sobrepeso u obesidad, mientras que un 72,9 por ciento está en su peso adecuado –se encuentran dentro de la clasificación de ‘normopeso’ del índice de masa corporal–; y un 6,3 por ciento,  mayormente mujeres, presentan un peso insuficiente.

Así se desprende de los resultados del estudio ‘Hábitos alimentarios y estilos de vida de los universitarios españoles’, realizado por la Fundación Española de la Nutrición, que se ha llevado a cabo en 21 universidades con una muestra de 978 estudiantes durante el curso 2012-2013.

Antonio Cano-Vindel‘s insight:

Según se desprende de los datos recogidos, el 91,3 por ciento de los universitarios hacen un desayuno "escaso o incompleto", de manera que sólo el 36 por ciento de ellos alcanzaron el 20 por ciento del aporte energético recomendado en el almuerzo.

 

Por su parte, el 24,6 por ciento de los universitarios son fumadores, con una media de 8,2 cigarrillos al día. Así, los que estudian Ciencias de la Salud son los que menos fuman y en menor cantidad –6,2 pitillos–, mientras que los de Ciencias Sociales son los que más fuman.

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El 40% de las personas incrementa su ingesta calórica en situaciones de estrés

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DINERO Y SALUD – El 40% de las personas incrementa su ingesta calórica en situaciones de estrés.

Tres de cada 10 personas con obesidad sufre este problema“La respuesta frente al estrés no es homogénea en todas las personas, mientras que el 20% de la población no variará su patrón alimentario, el 40% lo incrementará, con una clara preferencia por los alimentos con alto contenido calórico, es decir, alto contenido en grasas y dulces”, asegura el doctor Albert Lecube, coordinador del Grupo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “Esta es otra de las causas que sumaría efectos para explicar la actual epidemia de obesidad”, asegura el experto.

 

Antonio Cano-Vindel‘s insight:

Con motivo del XVIII Día Nacional de la Persona Obesa, que se celebra el 13 de diciembre, la SEEN y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) llevan a cabo la campaña “Dile NO al Obestrés”. En este sentido, explica el doctor Javier Salvador, presidente de la SEEN, “tres de cada 10 personas con obesidad tiene problemas relacionados con el estrés”. Cabe destacar, además, que el “estrés constituye, por sí mismo, un factor de riesgo adicional para el desarrollo de ciertas enfermedades, como las enfermedades cardiovasculares”, asegura el presidente de la SEEN.

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Un 63,5% de la población no es capaz de identificar ningún síntoma de ictus – JANO.es – ELSEVIER

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Según los resultados de dos estudios presentados en la LXV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), aún existe entre la población española mucho desconocimiento sobre el ictus, no sólo a la hora de identificar las señales de aviso, sino también de cómo se debe actuar ante los primeros síntomas, a pesar de que el tiempo juega un papel fundamental en el tratamiento de la enfermedad: si el paciente es atendido en las primeras horas, la probabilidad de fallecer o quedar con una discapacidad grave se reduce a la mitad. “Aunque los estudios presentados se han realizado en dos zonas concretas de la geografía española- Extremadura y Zaragoza-, estimamos que los datos obtenidos pueden ser extrapolables al resto de la geografía española. Por eso, queremos recordar un solo síntoma de ictus es una urgencia, por lo que ante la primera sospecha es necesario llamar inmediatamente al 112 o al 061 y acudir rápidamente al neurólogo, aunque los síntomas -pérdida repentina de visión, alteración del lenguaje, pérdida súbita de fuerza o sensibilidad…- desaparezcan a los pocos minutos”, señala el Dr. Jaime Gállego Culleré, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN.

Antonio Cano-Vindel‘s insight:

De acuerdo a los datos del Estudio sobre el conocimiento de los síntomas de alarma del ictus, elaborado entre la población del Área III de Salud de Zaragoza, un 30% de los entrevistados desconocen el término ictus y un 63,5% no es capaz de nombrar espontáneamente ningún síntoma de la enfermedad. Entre los síntomas más citados destacar que solo un 13% apunta a la pérdida de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo, únicamente un 9% señala la dificultad para hablar y un escaso 5,4% sufrir alteraciones visuales. En cuanto a cómo se debe actuar, sólo un 23% llamaría a los servicios de emergencias y, un porcentaje similar, acudiría al hospital, mientras que un 33% avisarían al médico del centro de salud. “Llevamos a cabo este estudio porque a pesar de que el ictus es la primera causa de invalidez y la segunda de demencia, en la práctica clínica, son pocos los pacientes que se benefician de los tratamientos disponibles por no llegar rápido al hospital. Pensábamos que uno de los motivos de esta demora era por la falta de reconocimiento de los síntomas de alarma y de su percepción de gravedad y hemos confirmado nuestras sospechas: el conocimiento de los síntomas de ictus y de la actitud correcta es escaso en nuestra población”, explica la Dra. Cristina Pérez Lázaro, autora principal del Estudio sobre el conocimiento de los síntomas de alarma del ictus en la población del Área III de Salud de Zaragoza.

Por otra parte, el estudio ‘Conocimiento general del ictus en el ámbito universitario’, realizado entre estudiantes del primer ciclo de Medicina de la Universidad de Extremadura señala que el 29,9% de los entrevistados no tenía un conocimiento básico de la enfermedad. Un 12,7% no supo nombrar ni un solo síntoma de alarma de ictus y el 30,4% sólo supo uno; siendo los más mencionados la pérdida de fuerza y los trastornos confusionales. Además, menos de un 50% pudo nombrar más de dos factores de riesgo; siendo la hipertensión el más citado. Los estilos de vida nocivos enumerados con más frecuencia fueron el tabaquismo y la vida sedentaria. El 66,8% no supo o desconocía si existen unidades de ictus para el tratamiento de estos pacientes. “El estudio se llevó a cabo con el objetivo de evaluar el conocimiento básico del ictus, sus factores de riesgo, signos de alarma y actitud hacia la enfermedad en una muestra representativa de estudiantes universitarios. Si estos resultados los hemos obtenido entre estudiantes del primer ciclo de Medicina, todo hace pensar que la población universitaria, en general, tiene un conocimiento deficiente del ictus, de los síntomas de alarma y de sus factores de riesgo”, señala el Dr. José María Ramírez Moreno, autor principal del estudio Conocimiento general del ictus en el ámbito universitario.

En España, el ictus es la segunda causa de muerte, primera entre las mujeres, y afecta cada año a 120.000-130.000 personas. De ellos, unos 80.000 fallecen o padecen una discapacidad. Actualmente, más de 300.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional tras haber sufrido un ictus. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 15 millones de personas sufren un ictus cada año.

“Puesto que estos dos estudios fueron realizados antes de la campaña ‘Para vencer el ictus todos contamos, detectarlo a tiempo es vital’ que pusimos en marcha en octubre de este año, confiamos en que actualmente estas cifras hayan mejorado”, comenta el Dr. Jaime Gállego Culleré. “No obstante, seguir realizando campañas educativas en este ámbito sigue siendo una necesidad”.

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OMS | Diabetes

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En el mundo hay más de 346 millones de personas con diabetes.

Antonio Cano-Vindel‘s insight:

La OMS prevé que las muertes por diabetes se multipliquen por dos entre 2005 y 2030.La dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal y la evitación del consumo de tabaco pueden prevenir la diabetes de tipo 2 o retrasar su aparición.

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I’m Finally Thin — But Is Living In A Crazymaking Food Prison Really Worth It?

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From the outside, thin is surely better. Other moms tell me I look great. I appear far younger than my actual age and, with a perky, teen-sounding BMI of 19.9, I fit in my daughter’s Forever 21 tops.

Antonio Cano-Vindel‘s insight:

Según un estudio el 88% de las mujeres no estaban satisfechas con su cuerpo. Los pensamientos obsesivos sobre alimentación, peso, figura, imagen corporal, dismorfia corporal, etc., están muy extendidos entre las mujeres y provocan ansiedad, intentos frustrados de autorregulación del peso, desórdenes emocionales y de la alimentación, etc. Factores de riesgo: perfeccionismo, ansiedad, pobre manejo de las emociones, estrés psicosocial, aprendizajes emocionales desadaptados, 

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La compra impulsiva de comida se relacionaría con la deprivación de sueño – Revista de Neurología

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Antonio Cano-Vindel‘s insight:

A la compra hay que ir sin sueño y sin hambre

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